Por fin logramos ganar a este equipo, tras cinco partidos disputados en diferentes temporadas. Jugamos un buen partido, serio, sabedores de que pagaríamos el habitual tributo a su presión y gran defensa en forma de pérdidas de balones. Nos conjuramos para ser fuertes en defensa y que, aunque no anotáramos mucho, tampoco lo hicieran ellos. Fuimos siempre por delante en el marcador: 10-13 el primer cuarto, 21-32 la media parte. Incluso logramos estar 16 puntos arriba en le minuto 4 del tercer periodo (21-37), y eso que ya empezábamos a cargarnos de faltas. Curioso, porque, pese a que la defensa local era mucho más dura y en todo el campo, nos señalaron 32 faltas a nosotros y sólo 21 a los valencianos. Cuatro jugadores nuestros acabaron con 4 faltas y un quinto, Salvador, eliminado incluso. Treinta y siete a cincuenta acabó el tercer cuarto, pero en el último la defensa local se intensificó sobremanera. Empezaron a recortar, en ocasiones con fallos clamorosos nuestros, seguramente por la presión a que estábamos siendo sometidos, y empezaron los nervios al ver cómo se nos esfumaba la ventaja labrada con tanto esfuerzo durante todo el partido. Pese a todo, a falta de minuto y medio más o menos, estábamos 3 arriba nosotros. Ya había sido eliminado Salvador, quien sufrió una verdadera persecución arbitral. Su última falta fue un tapón claro, pero el jugador rival bajó la mano al lanzar y le dio en toda la cara. Guantazo y quinta personal, a la calle. Al poco Jordi comete personal defendiendo y comienza a protestar. Yo, que veo que sí ha sido falta, le digo gritando "como una casa, como una casa", para cortar la protesta. Entonces el árbitro, a tres metros de mí, señala técnica. ¿A quién? ¿A nosotros? ¿A nuestro banquillo? ¿Alguien ha dicho algo detrás mío? No, no. ¡A mí, me dice! Por decir eso, se ve. No lo sé, porque acto seguido el colegiado se va al otro lado del campo sin dar más explicaciones, pese a que yo se las estoy exigiendo, claro. Todos alucinamos. Jugadores nuestros se acercan al él mientras se van lanzando los dos tiros libres de la falta y el de la técnica. Le piden explicaciones. Yo, indignado y cabreado, las pido desde el banquillo a grito pelado, con todo el pabellón escuchando. No se me oía más que a mí. Supongo que el árbitro no se atrevió a pitarme otra técnica, porque ahora sí le estaba dando motivos, sabedor de que había metido la pata. Nos empataron, pero reaccionamos de la mejor manera: buena defensa, canastón de Jordi, otra buena defensa y dos libres anotados por Paco: cuatro arriba a falta de un minuto. Al final ganamos de dos, pese a que con cuatro arriba y sacando de fondo suyo con 6 segundos nos clavaron un triple in extremis.
Lo peor del fallo arbitral en la técnica nos es el fallo en sí, porque sin duda confundió mis palabras, sino la actitud poco dialogante. Podía haber zanjado la cuestión hablando conmigo y diciéndome que se había confundido, aunque ya no se enmendara lo señalado, que no sé si podría haberlo hecho. Pero, hombre, por lo menos haberme escuchado.
Jugaron este partido: Sergio, 2 puntos, Fran 11, Paco 14, Salvador 11, Huevo 2, Luchy 4, Luis 7, Agustín y Jordi 13.
Este sábado jugamos contra el San José, aunque tocaba en nuestra casa. Nos hemos visto obligados a cambiar el orden de los partidos porque nos han avisado tarde de que había una cena de Cáritas en nuestro salón multiusos y los del San José no podían jugar el domingo. Hay que darles las gracias por acceder al cambio tan tarde. Será a las seis y media.
1 comentario:
Hay arbitros malos, y malos y chulos, nos toco el segundo por desgracia...... A seguir peleando
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