Tercera derrota consecutiva, después de aquella ya lejana racha de cinco victorias seguidas. El del sábado es otro partido para olvidar y no porque jugáramos mal, sino porque simplemente no nos dejaron jugar, ni bien ni mal: entre la agobiante presión de los locales, algo ya consabido, que no te dejaban ni ir solo a beber agua al banquillo, las continuas faltas tactando y con el cuerpo, que no pitaban los árbitros, y la arrogancia de éstos, nos fuimos pensando que si todos los partidos fueran así nos dejábamos el baloncesto federado. La apuesta del Calasanz por este tipo de juego es totalmente legítima, y desde luego efectiva y adecuada tal y cómo pitan (o no pitan) la mayoría de colegiados. Esa tendencia a "dejar jugar" o "cuanto menos faltas pito más dinámico es el juego" la venimos sufriendo mucho tiempo y nos saca de quicio. Cuando ya te hartas de recibir, al final protestas, y es entonces cuando aparecen las técnicas. Porque sí, los jugadores que se den, pero a mí, el árbitro, que no me digan ni mu. Y la solución es al revés que con las faltas: pito técnicas a la mínima y así evito protestas. ¿Por qué no hacen eso para que no haya faltas? Pitas falta a la mínima y los jugadores ya procurarán defender como se debe hacer, con piernas y sin manos ni costalazos. Pero no, lo que vale para una cosa se ve que no es así para la otra.
Perdimos el primer cuarto por 25-8 después de haber recibido tres técnicas y una antideportiva, ésta producto del hartazgo de un jugador nuestro por tanto recibir. Diecisiete puntos abajo; al final perdimos de 16 y estuvimos a nueve a falta de tres minutos. No queremos restar mérito a la victoria del Calasanz, porque además siempre fueron arriba entre 15 y 20 puntos y hacen un gran trabajo defensivo y se mueven muy bien en ataque. Nosotros tenemos otras virtudes y defectos, pero con otro arbitraje hubiera sido otro partido diferente. Lamentablemente la conclusión que sacamos es la de siempre: que no vale para nada quejarse (en el campo al menos) ni protestar y que lo que hay que hacer es ser más duros en general.
Por cierto, lo de Salvador ya es de traca, los palos que le dan al pobre. Ya no voy a nombrarlo nunca más porque parece que aún se lleva más. Sólo diré que ya en el minuto uno me dirigí a un colegiado para llamarle la atención sobre cómo le estaban empujando cuando cogía la posición en el poste, delante de nuestro banquillo y justo a dos metros del árbitro. Respuesta del árbitro: si no te callas te pito técnica ... ¡en el primer minuto ya me amenazaron de pitarme técnica!
Jugaron Fran, 17 puntos, Sergio 10, Juan Carlos, Salvador 7, Huevo 13, Paco 12, Luis 2, Jordi 4 y Luchy.
Este domingo a las cinco y media jugamos contra el Lliria "B", el último. Hay que ganar sí o sí.